jueves, 26 de julio de 2018

Volver

Hoy vuelvo.

Vuelvo a donde nunca he dejado de pertenecer pero de donde siempre he querido huir por instinto de supervivencia.

Vuelvo.

Si lo traduces encontrarás en mis silencios gritos de auxilio ahogados por mi propio llanto. No quiero que me salves pero si estuvieras yo no sentiría la urgencia de llamarte.

Me invade la sensación de muerte súbita. 
Incertidumbre al cavar en mí y no encontrar el claro del bosque entre ningún árbol. 
Si he vuelto es porque el verano me parece demasiado caluroso como para poner a tu corazón de luto.

Me creo invencible hasta que me abarca la noche y te noto cerca. Llevo meses sin tocarte y parece que no he olvidado tu tacto.
Olvidar es recordar y yo te leo cada día.

Me reconforta saber que te tengo al alcance de mi mano aunque no vivas de ella y que no desaparecerás si yo dejo de ser yo.
Meter el dedo en mis heridas siempre ha sido mi fuerte pero me escasean las fuerzas si se trata de ayudarme. 

Sin embargo, escucho (o creo hacerlo) el rugir incesante del mar al otro lado.
Dicen que el agua salada ayuda a cicatrizar los cortes.
Yo sólo tengo que dejarme caer. 

jueves, 15 de marzo de 2018

Te cielo.

Han pasado un par de horas desde que dejaste tu voz en forma de eco en mi cabeza pero aún puedo ver tu estela. El cielo siempre me parecerá más bonito en tus manos porque me siento ave que sabe dónde anidar. Veo el cambio de estación desde tu ventana y me replanteo la fugacidad del tiempo, la extraña forma de pararme el espacio-tiempo que posees.

Contigo no hacen falta los pleonasmos. Te has abierto en canal a mí para que entre y ahora no encuentro las ganas de salir. Bebo de ti, sin embargo, me sacias incluso antes de que yo sepa que tengo sed. Mi oasis. Mi paraíso terrenal.

El deshielo tiene que ver con el calor que me infunden tus ojos mientras yo sólo deseo que tu cuerpo sea de cera para fundirme en él. Te prometo que las llamas de mi infierno personal no te alcanzarán, el incendio no llegará a ti. Eres mi vía de escape aún cuando no busco salida, pero atraviesas mis muros y me salvas.

Consigo levitar cuando tus brazos me abarcan y me sabe a certeza, a afirmación. Sé que mi sitio en el mundo está junto a ti.
Y aunque no soy de muchas palabras te regalo todas mis letras.