miércoles, 4 de octubre de 2017

Sentiverdades

Me siento en la ventana y comienzo a sentir:

Siento el suave balanceo de las palmeras dejándose llevar por el viento. El crujido que lo precede, como si les doliera desprenderse de su firme estabilidad imaginada.
Siento el final roto de las olas a lo lejos. Te siento cerca. El mar siempre me devuelve tu olor: fresco, cargado, libre. La sal de su interior me conmueve como el año nuevo a los que todavía mantienen la fe.
Siento la fragancia del césped recién cortado. ¿Cómo es que te quiten una parte de ti? Dime, ¿cómo es que no te dejen ser libre en tu propio crecimiento interior? Sólo llego a saber que siempre amanece con lágrimas.
Siento el peso de la noche en mis ideas. Las estrellas parpadean al ritmo de mi latir y me cuestiono si éste estará tan muerto como ellas. Aunque sólo brilla si está ella.
Siento el oscilar incesante de la luz del vecino y me pregunto si no seré más que camino. Me pisas. Me pesas. Me paralizas sin darme tregua y soy agua. Agua entre tus manos.
Siento. Profundo. Fuerte. Hondo. Delicado. Intenso. De verdad. Sin asperezas. Con amor. Con ilusión. Siento. Sin más; pero menos.
¿Me sientes? Lo siento. 
Siento.

en
to-do.

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